Se trata de un sueño que Celeste comparte con su madre. En él, intenta protegerla de un peligro inminente y para ello encuentra como arma más poderosa: su corazón. La imagen plasmada fue creada en su totalidad por su inconsciente, lo cuál facilitó el trabajo de indagación y por lo que la autora eligió ser fiel a la idea plasmada desde un principio.